domingo, 25 de mayo de 2008

Identificar los criterios de decisión. Lola robles

Identificar los criterios de decisión y ponderarlos

INTRODUCCIÓN

Las decisiones pueden marcar nuestro futuro y nuestra forma de vida, por lo que uno de los aspectos de gran importancia en el desarrollo de la persona es el aprendizaje de las habilidades para la toma de decisiones autónomas y con sentido de responsabilidad, entre ellas las relacionadas con la elección profesional. Por eso, es vital que cada una enfrente este proceso desde una situación personal madura, reflexiva e informada, para evitar consecuencias insatisfactorias o frustrantes.

La elección profesional es una tarea compleja por varios factores; por su relevancia para la vida futura, por tener que ser tomada esta decisión en momentos de incertidumbre, no saber qué pasará en el futuro, cómo evolucionará el mercado de trabajo Por estos y otros factores es relevante que el/la joven tenga la posibilidad de acceder a un acompañamiento adecuado en la búsqueda de su opción profesional. Una orientación y guía que le ayude a clarificar cuales son sus prioridades, sus intereses y sus metas ¿Por que es tan dificil elegir? Elegir es dificil porque implica dejar cosas de lado, cosas que quizás también nos gusten o nos sean provechosas. Cuando se trata de elegir una formación u ocupación la dificultad es mayor. Se elige un estilo de vida y un camino que identifica a la persona de manera particular. Elegir conlleva responsabilidad y un gran temor a equivocarse o fracasar.

¿Como ayudar a quien transita este momento especial?. Se debe prestar atención al interior de la persona (gustos, aspiraciones, aptitudes, deseos) y al exterior (ofertas de estudio, mercado de trabajo, formación ocupacional, etc.) Hay que saber que no existe un "test magico" que diga que opción seguir. Pero si hay profesionales, que están capacitados para acompañar al joven a través de un proceso de orientacion profesional. El acompañamiento hará pensar al joven en todos los elementos a tener en cuenta a la hora de elegir y el/la profesional brinda un marco que le permite preguntarse, descubrirse y decidirse

Uno de los pasos en este proceso de toma de decisiones es “identificar los criterios de decisión y ponderarlos”.

Consiste en identificar aquellos aspectos que son relevantes al momento de tomar la decisión, es decir aquellas pautas de las cuales depende la decisión que se tome.

La ponderación, es asignar un valor relativo a la importancia que tiene cada criterio en la decisión que se tome, ya que todos son importantes pero no de igual forma.

Muchas veces, la identificación de los criterios no se realiza en forma consciente previa a las siguientes etapas, sino que las decisiones se toman sin explicitar los mismos, a partir de la experiencia personal de los tomadores de decisiones.

En la práctica, cuando se deben tomar decisiones muy complejas y en particular en grupo, puede resultar útil explicitarlos, para evitar que al momento de analizar las alternativas se manipulen los criterios para favorecer a una u otra alternativa de solución. De esta misma manera, deberá proceder el/la orientador/a en su función de facilitador de estrategias de toma de decisiones, haciendo explícitos dichos criterios para que en la decisión tomada participen todos los criterios relevantes.

Criterios de decisión: identificamos varios criterios de decisión:

1. Factores Internos:

1.1. LOS VALORES: (Usando la escala de Valores laborales de Schwartz (1992)). Pasamos a enumerarlos y definirlos.

Logro: Éxito social mediante el dominio de competencia: el trabajo proporciona oportunidades para adquirir y demostrar competencias.

Hedonismo: Placer y gratificación sensorial: la meta del disfrutar de la vida puede ser vista como algo a alcanzar a través de la mediación del trabajo.

Seguridad: Seguridad y estabilidad del orden social, de las relaciones y del propio organismo: el trabajo contribuye a la seguridad física y material de los individuos, al par que proporciona un modo de satisfacer las necesidades de afiliación.

Autodirección: Pensamiento independiente y elección de la propia acción: la independencia y la creatividad son factores intrínsecos de la satisfacción laboral, vinculadas a las posibilidades de desarrollo personal.

Estimulación. Variedad, novedad y reto en la vida: el trabajo implica desafíos para el individuo, ampliando sus escenarios conductuales.

Poder: Dominio de otras personas y de los recursos: a través del trabajo puede obtenerse reconocimiento social y económico.

Benevolencia: Fomento del bienestar de las personas cercanas: la cooperación con otras personas hace posible alcanzar objetivos laborales que no podrían lograrse a nivel individual.

Universalismo: Aprecio, tolerancia y protección del bienestar de todas las personas y de la naturaleza: el plano de lo laboral vincula a las personas con objetivos colectivos.

Conformidad: Restricción de impulsos que puedan dañar a otros/as o violar las expectativas sociales: la aquiescencia con las normas laborales es un punto de partida para la aceptación de normas sociales.

Tradición: Respeto, apreciación y reproducción de conductas tradicionales: importancia de conservar las diferentes divisiones tradicionales del trabajo, conservar estereotipos, etc.

1.2. LAS EMOCIONES: Podemos decir que tanto en jóvenes como en adultos, la emoción decide, la razón justifica.

Podemos definir las emociones como estados anímicos que manifiestan una gran actividad orgánica, que se refleja a veces como un torbellino de comportamientos externos e internos, y otras con estados anímicos permanentes.

Se conciben como un comportamiento que puede ser originado por causas externas e internas; que puede persistir, incluso, una vez que ha desaparecido el estímulo y que acompaña necesariamente, en mayor o menor grado, toda conducta motivada.

Se puede decir, que las emociones no son entidades psicológicas simples, sino una combinación compleja de aspectos fisiológicos, sociales, y psicológicos dentro de una misma situación polifacética, como respuesta orgánica a la consecución de un objetivo, de una necesidad o de una motivación.

¿Cuántas emociones diferentes existen? Robert Plutchik, quien identificó y clasificó las emociones en el 1980, propuso que los animales y los seres humanos experimentan 8 categorías básicas de emociones que motivan varias clases de conducta adoptiva. Temor, sorpresa, tristeza, disgusto, ira, esperanza, alegría y aceptación; cada una de estas nos ayudan a adaptarnos a las demandas de nuestro ambiente aunque de diferentes maneras.

Según Plutchik, las diferentes emociones se pueden combinar para producir un rango de experiencias aún más amplio. La esperanza y la alegría, combinadas se convierten en optimismo; la alegría y la aceptación nos hacen sentir cariño; el desengaño es una mezcla de sorpresa y tristeza.

Estas emociones varían en intensidad, la ira, por ejemplo, es menos intensa que la furia, y el enfado es aún menos intenso que la ira.

Entre más intensa sea la emoción, más motivara la conducta. Las emociones varían según la intensidad dentro de cada categoría y este hecho amplía mucho el rango de emociones que experimentamos.

La emociones inciden en la labor profesional y no es infrencuente que el/la orientador/a se encuentre en situaciones en las que el/la joven se muestra hermético/a, agresivo/a, desafiante, burlón/a, etc. Es importante, en cualquier caso, clarificar que emociones son las que están detrás de estas manifestaciones conductuales a la vez que ser consciente de que van a influir en la toma de decisiones del/a joven.

1.3. ASUMIR SUS RESPONSABILIDADES: El grado en que el/la joven sea capaz de hacer frente a las consecuencias de una u otra alternativa influirá en la decisión tomada.

2. Factores externos

2.1. NIVEL DE INFORMACIÓN: Sabemos que a la hora de tomar una decisión es importantísimo la información que manejemos. Esta información deberá ser lo más objetiva posible y sobre todo pertinente para la tarea.

El/la orientador/a tendrá especial cuidado en hacer explícitos datos relevantes para una decisión y tomar en cuenta otras informaciones que el/la joven no ha tomado en consideración.

2.2. LA FAMILIA: En muchas ocasiones las decisiones son tomadas en función de deseos familiares, roles, presiones, etc.. haciendo que la toma de dichas decisiones deje de ser una conducta libre y personal.

2.3. EL ENTORNO SOCIAL, CULTURAL Y ECONÓMICO: Las necesidades económicas, las tradiciones familiares y/o culturales o incluso la identificación con modelos objetos de admiración por parte del/a joven pueden influir en la toma de decisiones y que les generen tanto consecuencias negativas como positivas en su futuro profesional.

Conclusión:

Tal cual podemos ver, los/las profesionales de la orientación e inserción son conscientes del papel que los aspectos motivacioneles, emocionales y del entorno tienen en la toma de decisiones de las personas con las cuales trabajan. Saben que, en muchas ocasiones, por no decir en todas, su intervención aboca al otro/a a una situación de cambio y que este moviliza dentro de los/las clientes o usuarios/as un grupo importante de emociones que, si se ignoran o no se contienen de forma adecuada, pueden frustrar todo el proceso.

Como profesionales de la orientación e inserción dedicamos nuestra actividad diaria a mejorar la situación de nuestros/as clientes o usuarios/as en el mercado laboral. Esta mejora viene precedida forzosamente de un posicionamiento realista ante el mercado de trabajo. Para todo ello, para el antes y para el después, es necesario que conozcamos bien los aspectos motivacionales que rigen las actuaciones de las personas con las que trabajamos.

El proceso de orientación e inserción de cualquier persona, requiere por parte de todos los actores intervinientes, tanto del/la profesional que asesora y facilita, como de la persona que quiere esclarecer el camino que debe de seguir en lo laboral, la toma en consideración del ser humano como una totalidad. Conseguir esta consciencia y toma de contacto con todos los aspectos esenciales de la cualidad humana es fundamental si deseamos que el proceso de orientación resulte exitoso. Significa esto que ningún aspecto que pueda tener un peso específico en la toma de decisiones final debe quedar excluido, inexplorado o desconocido.

Teniendo esto en cuenta, resulta fundamental que, el/la profesional, al programar el proceso de orientación con una persona determinada, sea capaz contar con los requerimientos reales que va a plantear la implementación de las acciones planeadas. Estos incluirán, con toda seguridad, aspectos técnicos y cognitivos; pero con la misma certeza, aparecerán aspectos emocionales que resultan especialmente relevantes, en tanto que muchas veces la persona orientada puede mostrar tanta confusión en este ámbito como en el cognitivo, siendo fundamental dar cobertura, apoyo y contención en este aspecto, al igual que lo hacemos en el campo de lo intelectual.